Drástica operación salida en el Metropolitano | OneFootball

El club ya ha puesto en marcha un plan para aligerar carga económica y preparar incorporaciones. Algunas salidas son inevitables, aunque otras generan dilemas complejos.

El Atlético de Madrid se mueve. Con el final de temporada ya a la vista, el club ha iniciado la reestructuración de su plantilla con una idea fija: aligerar sueldos sin depender de traspasos multimillonarios. No habrá un nuevo Joao Félix, pero sí una serie de salidas que permitirían rebajar de forma significativa la masa salarial.

Según avanzó Rubén Uría, la intención es reducir hasta 55 millones de euros brutos en salarios. Una cifra que no se alcanzará con una sola operación, pero que está al alcance si se ejecutan bien los movimientos que la dirección deportiva ya estudia.

Algunos casos son sencillos. Axel Witsel y César Azpilicueta finalizan contrato este verano y su salida dejaría un ahorro inmediato de 16 millones de euros. La decisión está tomada y no se contemplan renovaciones.

Otros futbolistas todavía tienen contrato, pero el club escuchará ofertas. Las salidas de Reinildo, Rodrigo Riquelme, Ángel Correa o Samu Lino supondrían un alivio adicional de 14 millones. Todos ellos tienen mercado, aunque no se regalará a nadie.

La situación más delicada es la de Saúl Ñíguez. Su salario elevado, fruto de una renovación ambiciosa en su día, y su bajo rendimiento dificultan una venta. El club valora una cesión, aunque el Sevilla no es una opción. En este escenario, será clave encontrar un destino que asuma la mayor parte de su ficha.

También se esperan ahorros con los préstamos ya decididos. Ni Juan Musso ni Clément Lenglet seguirán, y su salida aligerará las cuentas. La idea del club es clara: ganar margen financiero para reforzar varias posiciones clave, pero sin hipotecar el futuro.

El plan ya está en marcha. Y aunque algunas decisiones serán dolorosas, el objetivo está por encima de los nombres: que el Atlético llegue al mercado con capacidad real para competir.