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·11 October 2024

Con la Selección Venezuela: Nuestras esperanzas colgando de un hilito

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Por Luis Enrique Vilchez.- “Esto parece un Guayabo Eterno I Más que un infierno, esto es un capricho I Y como vivo de su recuerdo I El dolor es sabrosito”. Así reza la canción “Va colgando de un hilito mi corazón”, que se popularizó por redes sociales Emily Galaviz. Esta copla de despecho va de la mano con el sentimiento Vinotinto. Se sufre, pero se goza. Dirían las abuelitas: “Sarna con gusto, no mortifica”. Tras un inicio fulgurante, luego de la Copa América hubo turbulencia e iniciaron los nervios. Esto a nivel de resultados, porque en lo que al juego respecta aún falta. Parecía que la esperanza de ir al Mundial iba a naufragar en los charcos de la grama del Monumental, pero la dupla Soteldo-Rondón lograron que pisara tierra y seguimos colgando de un hilito.

¿Se cumplió en el juego? ¿Se consiguió la Vinotinto de los volantes? Esa asignatura quedó reprogramada. El partido pedía otros registros, porque el estado del terreno los igualó a todos mal. Ni el mismísimo Lionel Messi, para muchos el mejor de la historia, podía realizar una conducción sin que un pozo de agua se transformara en Franz Beckenbauer y le birlara el balón. Hablar de funcionamiento sería una majadería. Ambos equipos se tuvieron que adaptar y Argentina se adelantó en el marcador, tras un mal despeje de Rafa Romo y un guiño del destino para Nicolás Otamendi, que cada vez que parece bajar la Santamaría con la Albiceleste, se cruza con el gol.


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En un encuentro donde los primeros compases parecían una recreación de “Los Aguadores” del programa televisivo Mega Match, por lo que en el encuentro iba a prelar la concentración, la resiliencia y el carácter competitivo, por encima del buen trato al balón. La lluvia suele acabar con la genialidad y premiar a las épicas. Pregúntenle a Napoleón en Waterloo o a la selección de Hungría en la final de Berna 1954. No es un aspecto menor, en un equipo que se derribaba como un castillo de naipes, en lo psicológico, ante cualquier adversidad en los últimos dos Premundiales.

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La Vinotinto y Los Lemas

Por eso han calado tanto ciertos lemas: “Irreverencia” y “Cuchillo entre los dientes”. La afición entona el “Mano, tengo fe”, pero dentro del camerino reina el “Menos que nadie”. Ahí está un gran mérito de Fernando Batista. También en la parte táctica entendió que el pragmatismo era la ruta: doble “9” y lanzar centros. Si fuese boxeo, en los puntos se llevaba la pelea Venezuela. Pero a los campeones del mundo se les noquea y capaz pasó esa falta de colmillo, como contra Uruguay. Otra vez el meta rival fue figura.

El capítulo aparte se lo llevan Yeferson Soteldo y Salomón Rondón, una conexión que se anhela con mayor frecuencia, apareció y rescató un punto para dormir en puestos de clasificación. Luego hubo pasajes imperiales de Yordan Osorio, un imprescindible Yangel Herrera y la consolidación de Jon Aramburu. La gran nota negativa es la suspensión de “Brujo” Martínez, que divide opiniones en redes sociales por sus actuaciones, pero como decía Gilberto Correa: “Mejor tenerlo y no necesitarlo…”. La otra gran deuda fue hablar de fútbol. El debate se lo llevó Milton y la presencia de Argentina en Miami, donde más allá de ser la casa de Messi también AFA tiene una sede allá. Negocios. Luego otros factores climatológicos desviaron la conversación.

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El verdadero gran reto es Paraguay. La Liga de la Vinotinto es contra: Perú, Chile, Bolivia y la Albirroja. Por eso es un partido de seis puntos en suelo guaraní. Más allá del calor de Asunción, que parece Mordor (Señor de los Anillos), todo parece indicar que el juego se subirá a las tablas y será, como suele ser, el protagonista de este deporte. Frente a ese espejo, donde aún Venezuela no se termina de reconocer, se tiene que reflejar. En Maturín fue un partido testicular. Pero siempre se necesita más que testosterona para ir a un Mundial.

¿Llegará el gran partido de Savarino? ¿Se verá más conexiones entre Soteldo y Rondón? ¿Yangel disipará la duda de sus detractores? ¿Romo conseguirá otro arco en cero? Muchas preguntas de aquí al martes. Mientras tanto toca ponerse las alpargatas, porque en el Premundial de Conmebol siempre hay que bailar pegado. Seguimos colgando de un hilito, con este dolor sabrocito que se llama Vinotinto y que se puede extender al gentilicio venezolano.

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