Revista MadridistaReal
·17 December 2024
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El Madrid cuenta las horas y los minutos para saltar al verde del estadio Lusail de Qatar (mañana, 18.00 horas, Telecinco), donde se verá las caras ante el Pachuca mexicano a fin de coleccionar el segundo título del curso en las vitrinas del Santiago Bernabéu. La entidad blanca, acostumbrada a citas de buen fuste, disputará su sexta final de la Copa Intercontinental, título que organiza este año la FIFA tras dos décadas sin celebrarse. El bagaje del equipo madridista es positivo, puesto que el club presidido por Florentino Pérez se ha adjudicado este entorchado en tres ocasiones (1960, 1998 y 2002).
El primer equipo en escribir su nombre con letras de oro en la Copa Intercontinental, que nació en 1960, fue el Real Madrid. Por entonces, la final dirimía vencedor a doble partido: ambos duelos, en periodo estival. Y ‘vis a vis’, el campeón de Champions ante el ganador de la Copa Libertadores. Si bien el primer choque dibujó un insulso 0-0 en el luminoso, los capitalinos, en el envite definitorio, sacaron el colmillo a relucir frente al elenco uruguayo, conformando así un 5-1 con piedras angulares como Puskas, Di Stéfano o Paco Gento sobre el terreno de juego.
Como el fútbol siempre entrega en bandeja segundas oportunidades, Peñarol se agarró con uñas y dientes a ella y terminó cosechando el título contra un contrincante que seis años antes se lo había arrebatado de las manos. Así las cosas, el conjunto de Montevideo obtuvo un global fructífero de 0-4 (2-0 en la ida y 0-2 en la vuelta) para batir a un Madrid, comandado por el técnico Miguel Muñoz, que no logró encontrar la vía del gol. Se dio, completamente, de bruces.
La travesía por el desierto del club de Chamartín cuando tocaba competir por el Viejo Continente tuvo su respectivo efecto dominó con las Copas Intercontinentales. La ansiada Séptima después de 32 años en blanco, sirvió de acicate para el Real Madrid, que alzó al cielo de Tokio la segunda Intercontinental. En todo caso, no sería un paseo militar… debido a que el conjunto carioca sudó tinta negra para terminar cediendo por 2-1. Aquella final, disputada ya a partido único, erigió por encima del resto a un Raúl González que vio puerta en las postrimerías, con lo que trasladó el entorchado al coliseo del Paseo de la Castellana.
Shaun Botterill /Allsport
Pese a que el club merengue se mueve como pez en el agua en fechas marcadas con tinta roja en el calendario, Boca Juniors consiguió doblegar a los pupilos de Vicente del Bosque. Ni Casillas, Figo, Makélélé o Morientes, entre otros, pudieron resquebrajar al rival. Los primeros compases del encuentro -eléctrico y vistoso- trajeron consigo tres dianas: dos a manos del equipo de Buenos Aires y uno por lado del Madrid. Al final, el resultado no mutó (2-1) y el trofeo se subió al avión junto a los argentinos.
Firto Foto/Getty Images
Antes de que la Copa Intercontinental desapareciera del panorama futbolístico en 2004, los blancos terminaron guardándose en el bolsillo una edición en la que doblegaron al Olimpia paraguayo con un resultado final de 2-0. Más allá del logro, quien capitalizó la mayoría de los titulares fue Ronaldo Nazario, que anotó su cuarto gol con la zamarra madridista. Y es que, cabe recordar que el crack brasileño aterrizó en la capital de España esa misma campaña.