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·23. September 2024

Un cabezazo de Gabbia en el 89′ le da el derbi de la Madolina al Milan

Artikelbild:Un cabezazo de Gabbia en el 89′ le da el derbi de la Madolina al Milan

Los rossoneri, que venían de una racha negativa, aprovechan una versión gris del Inter para llevarse los tres puntos

Dicen que en el sótano del fracaso siempre hay una planta más. A eso se enfrentaba hoy el Milan, que podía sumergirse en una importante crisis deportiva de haber caído ante el rival de su propia ciudad. La presión estaba del lado de los de Fonseca, cuyo futuro en el banquillo rossoneri pasaba por una buena actuación de su equipo hoy. No ha sido así, porque no han jugado bien, pero poco le importará a sus aficionados, que pueden mirar por encima del hombro a sus vecinos hasta el próximo ‘Derby della Madonnina’.

El Inter, que venía de una actuación muy meritoria ante el City, fue la sombra del equipo que sacó un empate del Etihad. Tenían la oportunidad de lapidar al Milan, pero no la han aprovechado y se alejan del liderato, que ahora cae en posesión del Torino.


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El partido empezó con los rossoneri queriendo más el triunfo. Los primeros minutos fueron suyos. Agresivos con balón, intentando hacer daño y con mucha más intensidad sobre el césped. Un dominio que poco tardó en reflejarse en el marcador. Morata descargó sobre Pulisic, que corrió por el centro de la defensa interista sin que nadie pudiera pararle para plantarse en el área y alejar la pelota del alcance de Sommer.

Otra vez un buen arranque, otra vez el ‘Capitán América’ abriendo el marcador y otra vez que ese fútbol se difumina cuando la ventaja reina en el luminoso. Con el tanto, el Milan podía dar ‘un pasito para delante, María’, pero decidió dar ‘un pasito para detrás’. Esos planteamientos tan conservadores no suelen dar buen resultado y, nuevamente, volvió a salir mal.

El Inter no estaba cómodo sobre el césped, pero con su rival cediéndole metros y el control de la pelota, empezaron a crecer. Sin estar muy inspirados, lograron exigir a Maignan varias intervenciones. Por más demérito del Milan, que mérito del Inter, llego la igualdad mediante una jugada de Dimarco. El carrilero jugó con Lautaro, que solo tuvo que devolverle el balón para dejarle en una posición ventajosa para lanzar un auténtico misil al fondo de la red.

Sin embargo, pese a las facilidades que estaba ofreciendo la defensa del equipo de Fonseca, los interistas no aprovecharon para ponerse por delante. Muy pocos de sus máximas figuras, que brillaron por su ausencia más que por su calidad.

En la segunda mitad, Fonseca cambió el chip a sus jugadores, que salieron con hambre de victoria. Con más intensidad que fútbol, empezaron a tener ocasiones, obligando a Sommer a sacar sus mejores paradas. Sin embargo, la falta de acierto y de inspiración de sus futbolistas lastraban los intentos del AC.

Inzaghi, desesperado, agotó los cambios en busca de una reacción, pero no hizo más que empeorar la situación. El gran problema para el Milan, que estaba siendo superior, es que no transformaban el dominio en ocasiones.

Todo parecía visto para sentencia, entrando en los minutos finales con el empate en el marcador, pero en el territorio de los valientes surgió una mano para sacar del agua a un Milan ahogado en sus propios resultados. Una cabeza que se erigió por encima de todas para darle la victoria a su equipo en el momento más importante. El elegido fue Gabbia, que remató con el alma un gran centro para mandar el balón al fondo de la red.

Así es como tendrían que acabar todos los derbis, así es como debería ser siempre el fútbol. El partido no ha sido el más emocionante del año, pero las mejores historias siempre tienen finales a la altura. El Milan solo tuvo que mantener el resultado y estallar de alegría cuando el colegiado señalo el término del encuentro.

De una crisis deportiva al absoluto delirio en un gol. Eso es el deporte. Respira mucho más aliviado Fonseca y su equipo, que pese a no completar su mejor partido, han conseguido su objetivo. Sentimiento totalmente contrario al del Inter, que tampoco ha jugado bien, pero que se va a casa con las manos vacías tras una semana de muy buenas sensaciones. Queda mucho de Serie A, pero estos derbis son puntos de inflexión importantes en la temporada. Pase lo que pase a partir de ahora, un cabezazo en el 89′ ha teñido de rojo la noche en Milán y eso ya no lo puede cambiar nadie.

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