Sinner impone su ley en Shanghái | OneFootball

Jannik Sinner es el nuevo campeón del Masters 1000 de Shanghái. El italiano fue mejor que Djokovic y lo derrotó (7-6/6-3) en dos sets. Séptimo título del año para él.

El primer set lo cambió todo

No hay nada que se le resista a Jannik Sinner. El transalpino, número 1 del mundo, sigue demostrando día a día la razón por la cuál está en la cima del tenis mundial. 7 títulos, 2 Grand Slams, 3 Masters 1000, 65 victorias y 6 derrotas en lo que llevamos de año. Números al alcance de unos pocos elegidos. Hoy, en una nueva demostración de entereza y saber estar, derrotó a Novak Djokovic en la final del Masters 1000 de Shanghái. Es el segundo trofeo en tierras chinas, tras Pekín 2023, para la ‘zanahoria mecánica’.

El partido estuvo dividido en dos fases bien diferenciadas. Un primer set donde Nole compitió de tú a tú, y un segundo donde el balcánico bajó los brazos ante la avalancha tenística procedente de San Cándido. Solo un apretado tie-break fue capaz de decantar la balanza en una primera manga en la que los servicios se impusieron a los restos. En territorio Nole, los desempates, Jannik también fue mejor. Su fortaleza mental en los momentos cumbre de los encuentros ya decide duelos y torneos. En ese aspecto, el pupilo de Darren Cahill es un fuera de serie.

Sinner festeja su séptimo título del año. Fuente: TennisLetter.

A raíz de ceder el primer parcial, Novak se desinfló. El 24 veces campeón de Mayors no es el mismo tras su oro olímpico. Es una realidad, pese a que haya cuajado un notable torneo en Shanghái. La motivación, lógico, ya no es la misma. Más aún tras conocerse la retirada de Rafa Nadal, su gran rival. El ‘chacal’ camina hacia los 38 años con la sensación de que su fuego interior se va apagando poco a poco. De esa «falta de ambición», se aprovechó Sinner, que voló (Djokovic no tuvo una sola bola de break en la final) en el segundo set y finiquitó la faena a lo grande, con un saque directo. Como los grandes campeones.

Mientras el Big Three va languideciendo, Sinner y su gran oponente, Carlos Alcaraz, continúan su camino. La fluorescente está en buenas manos. Una generación que se marcha y otra, ilusionante, que ya es presente. La vida misma.