PrensaFutbol
·5. Februar 2025
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La Premier League decidió tomar medidas contra aquellas celebraciones de goles que cruzan la línea de la burla y la crítica hacia otros jugadores, equipos o aficionados. La nueva normativa surgió tras una serie de incidentes recientes que hicieron que la liga decidiera imponer sanciones a los involucrados.
Recientemente, varios jugadores protagonizaron celebraciones controvertidas. Uno de los casos más sonados fue el de Myles Lewis-Skelly de Arsenal, quien imitaría la celebración de Erling Haaland luego de que el delantero noruego le hiciera una pregunta desafiante durante un partido contra Manchester City.
La situación generó malestar en el ambiente, ya que la burla se percibió como innecesaria.
Otro caso que llamó la atención fue el de Jamie Vardy de Leicester City, quien provocó a los hinchas de Tottenham Hotspur señalando que su equipo había ganado la Premier League, algo que aún no ha logrado el club londinense.
Además, Iliman Ndiaye de Sheffield United fue sancionado con tarjeta amarilla tras imitar a una gaviota en su celebración de gol contra Brighton & Hove Albion, equipo cuyo emblema es justamente una gaviota.
Tony Scholes, jefe de operaciones de fútbol en la Premier League, expresó que la liga está buscando mantener un equilibrio entre celebraciones divertidas y aquellas que puedan ser consideradas como provocadoras.
"Aunque muchas celebraciones son entretenidas y divertidas, debe haber un límite", comentó Scholes. Además, agregó: "Una vez se cruza ese límite y se llega a la burla o a la crítica, tendremos que lidiar con ello".
A pesar de las nuevas reglas, algunas celebraciones han escapado de las sanciones, como las de Phil Foden y Joshua Zirkzee, quienes simularon apuntar a la grada con un arma. Estos casos no fueron castigados, lo que deja abierta la discusión sobre qué constituye una celebración ofensiva o no.
Esta nueva medida de la Premier League pone en evidencia el deseo de la liga de mantener el respeto y la deportividad en el fútbol, evitando que las celebraciones se conviertan en un foco de conflictos entre jugadores y aficionados.