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·11. Mai 2025
Parce, Morelos necesitaba más confianza

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·11. Mai 2025
¡Parce, vea pues! A veces el fútbol es de rachas, de momentos, de bancadas inesperadas… y eso lo está viviendo Alfredo Morelos en Atlético Nacional. El ‘Búfalo’, que llegó con toda la ilusión y la chapa de crack, perdió la titularidad en el equipo de gala. Sí, gonorrea, así como lo oye. Pero eso no lo bajó de nota, ni le quitó la sangre verde que lleva en las venas.
Y vea el giro de la vida, mi hermano, porque el profe Javier Gandolfi, que sabe de esto como el que más, le dio un voto de confianza a Morelos en el partido contra Llaneros. Y no fue cualquier confianza, no señor. Le puso la banda de capitán, parce. ¡La banda, papá! Eso no se le da a cualquiera. Eso es respeto, liderazgo, y también una prueba.
El Atanasio fue testigo de una tarde-noche donde Morelos se reencontró con lo que lo hace grande: el juego colectivo, la garra y las ganas de volver a ganarse ese lugar entre los once de gala. Y como el que sabe, sabe… ¡se mandó un pase gol en el primer tiempo que puso a gritar a medio Medellín! Pura clase, papá. Eso fue como ponerla con la mano.
¿Y sabe qué, parcero? Eso es lo que necesitaba el Búfalo: confianza. Sentirse respaldado, sentir que aún tiene el respeto del cuerpo técnico, de sus compañeros y de la hinchada. Porque aquí no venimos a tirar pa’ abajo a los nuestros. Aquí arropamos al que suda la camiseta, al que no se rinde y al que está dispuesto a callar bocas a punta de fútbol.
Morelos se soltó, se le vio más ligero, más conectado, más metido en el cuento. Y eso nos ilusiona, parce. Porque este man tiene talento de sobra, solo necesitaba que alguien creyera en él en el momento justo. Y Gandolfi lo hizo. Lo bancó. Y eso, en este mundo donde pocos se la juegan por los suyos, vale oro.
Ahora la pelota está en su cancha, parce. Depende de él seguir demostrando que quiere y puede volver a ser ese nueve bravo, ese tanque que mete miedo, que aguanta, que asiste, que define. El Atanasio ya lo aplaudió, y si sigue así, lo va a corear. Porque aquí, en Nacional, hay exigencia, pero también hay corazón.
Así que, parcerito, no se le haga raro que este sea el punto de quiebre para Alfredo Morelos. El partido contra Llaneros puede parecer un trámite para algunos, pero para él fue una vitrina, un renacer, una oportunidad que supo aprovechar. ¡Y nosotros, como buenos verdolagas, lo bancamos hasta el último minuto! ¡Vamos Búfalo, que esto apenas comienza, mijo!
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