Parce, la fortaleza mental de Aguerre es aterradora | OneFootball

Parce, Washington Aguerre vivió una noche intensa en Ibagué. Sí, es verdad que estuvo comprometido en el gol del Tolima, pero lo de él fue pura resiliencia, mentalidad de hierro y corazón rojo. Lejos de venirse abajo, el uruguayo se paró firme bajo los tres palos y se convirtió en uno de los protagonistas del triunfo poderoso en tierra tolimense. ¡Así se responde, carajo!

Hay jugadores que se derrumban ante el error, pero Washington no es de esos. Ese man saca pecho, aprieta los guantes y sigue jugando como si nada. Después del gol, se agigantó como los grandes, voló de palo a palo y le ahogó el grito a los de Ibagué más de una vez. ¡Qué clase de arquero tenemos, mi hermano!

Es que lo de Aguerre no es solo talento, es una muestra brava de fortaleza mental. Cuando más lo necesitábamos, cuando había que apretar dientes, ahí estuvo él, salvando al Medallo como un guerrero. Nos dio tranquilidad, nos dio confianza, y eso en estas instancias vale oro puro.

Y ojo que no se quedó en el partido pasado. Apenas terminó el juego, ya estaba pensando en lo que viene, en ese duelo crucial contra Junior en el Metropolitano. ¿Quién más sino él para salir con toda la actitud a buscar ese resultado en Barranquilla? Este parcero tiene mentalidad de finalista.

La hinchada lo nota, lo siente. Cada vez que Aguerre se para bajo los tres palos, sabemos que hay seguridad. Se puede equivocar, como todos, pero jamás se esconde. Da la cara, levanta la cabeza y sigue dando todo por esta camiseta. ¡Ese es el espíritu del Medallo, loco!

Y es que esto no es solo fútbol, esto es amor propio, es entrega por los colores, es entender lo que representa el escudo que llevás en el pecho. Aguerre lo entiende, lo siente, lo vive como un hincha más. Por eso lo bancamos, por eso lo respetamos y por eso confiamos en él.

Así que parcero, si alguien te pregunta si Washington está listo para lo que se viene, vos respondé sin miedo: “Más que listo, está encendido”. Porque el uruguayo tiene fuego en las manos, coraje en el corazón y la mente puesta en llevarnos a la gloria. ¡Vamos con toda, que esto apenas comienza!