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·9. Juli 2025
Mundial de Clubes: Está pasando, pero los medios madridistas lo llevan en secreto

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·9. Juli 2025
Cuando la FIFA anunció el nuevo formato del Mundial de Clubes con 32 equipos, la promesa era clara: un torneo global, competitivo y espectacular.
Sin embargo, la realidad está muy lejos del eslogan. La primera fase dejó una imagen que duele en Zúrich: gradas semivacías, desinterés absoluto y un cartel que no convence ni al aficionado local.
Pocas veces se ha visto un torneo tan sobredimensionado con tan poca respuesta y fuera de plazo. A excepción de algunos partidos puntuales, la media de asistencia ronda la mitad del aforo en la mayoría de los estadios. Las cámaras se esfuerzan por enfocar zonas pobladas, pero las fotos aéreas o capturas laterales muestran la verdad: miles de asientos vacíos.
Mbappé se inventa público falso en sus imágenes colgadas en redes sociales | TV
Hasta Mbappé se avergonzó colgando una imagen suya, a la que necesitó retocar con público falso para dar apariencia de interés.
Más allá de la frialdad del ambiente en las gradas, el torneo ha sido cuestionado por la ausencia de los verdaderos gigantes del fútbol europeo.
No está el vigente campeón de Inglaterra (Liverpool), ni el de España (FC Barcelona), ni el de Italia (Nápoles). Un Mundial de Clubes sin los tres mejores equipos del continente suena a contradicción.
Para muchos analistas y aficionados, la ausencia de estos clubes le ha restado toda la legitimidad al torneo. La imagen se agrava cuando el Chelsea, cuarto en la Premier League y a 15 puntos del campeón Liverpool (que ni fue invitado), ya tiene un lugar asegurado en la final.
¿El mérito? Haber ganado una Champions… en 2021. Así, un equipo que ni siquiera ha sido protagonista en su liga tiene ahora la oportunidad de proclamarse campeón del mundo. Un sinsentido que erosiona la credibilidad del torneo.
Mbappé se inventa público falso en sus imágenes colgadas en redes sociales | Instagram
La FIFA vendió el nuevo Mundial de Clubes como el futuro del fútbol global. Pero los hechos han hablado.
La falta de público en los estadios es el termómetro más claro de su fracaso inicial. Las entradas no vuelan, los estadios no rugen, y las audiencias tampoco acompañan.
Ni el marketing, ni los derechos televisivos. Tampoco los nombres de ciertos clubes. No ha sido suficiente para enganchar a una afición que simplemente no compra este formato.
Cuando no están los mejores, cuando el mérito deportivo no cuenta, y cuando los estadios están vacíos, el fútbol pierde su esencia. El Mundial de Clubes, tal como está diseñado ahora, parece más una idea de despacho que un torneo que el mundo esperaba.
FIFA tiene trabajo. Y no solo con las entradas.