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·9. März 2025

Los derbis no se juegan, se empatan

Artikelbild:Los derbis no se juegan, se empatan

La Cultural arrebató los tres puntos, sobre la bocina, a un Zamora C.F. que ya comenzaba a alzar su mirada hacia los puestos de play off

Domingo por la tarde, la Cultural y Deportiva Leonesa abría las puertas de su casa al Zamora C.F. como un hermano que recibe a su homólogo tras tiempo sin verlo, pero la fiesta dominguera y deportiva dio comienzo mucho antes.

Cuando el sol comenzaba a brillar y las trapas de los bares subían sus cubiertas metálicas, los primeros visitantes Zamoranos se dejaban ver, abriendo camino al resto de visitantes que irían poblando la capital leonesa.


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Los aficionados rojiblancos esperan el pitido inicial/ Fuente: Zamora C.F.

Volviendo a lo que nos concierne. Con ambas aficiones ubicadas en sus respectivas butacas y el balón ya corriendo por el verde del Reino de León, el Zamora mostró su versión más propositiva.

Los hombres de Juan Sabas aventuraron su presión hasta tres cuartos de campo rival dificultando que la pelota llegase mansa a los pies de los creadores de juego culturalistas. Tras un insulso primer intercambio de golpes los dos equipos comenzaron a asentarse y a circular el balón.

El esférico transitaba por zonas de iniciación y creación y cuando, tímidamente, asomaba por los lugares de finalización la jugada se veía truncada por una buena acción defensiva.

La primera gran ocasión del encuentro caería del lado visitante y llegaría tras un envío envenenado a Fornos cuyo fallo supo leer Tresaco, a quien tan solo le faltó la convicción de cara a gol para instaurar el primero en el marcador.

El Zamora olió la sangre y nuevamente logró robar la cartera a los jugadores culturalistas, pero Pito Camacho no supo gestionar la contra y terminó echando por tierra la ocasión. La segunda intentona rojiblanca pareció despertar a los hombres de Raúl Llona que volvieron a monopolizar la posesión durante varios minutos.

Los duelos personales estaban decantando el partido, hasta tal punto que la primera amonestación cayó para Kike Márquez en una acción en la que el 14 rojiblanco trabó con dureza al 14 leonés.

Fornos tuvo en su cabeza el primer tanto del encuentro, pero la pelota terminó escorándose hasta estrellarse en las vallas publicitarias. Ambos equipos aceptaron de mutuo acuerdo que las tablas eran justas hasta el descanso y así se cumplieron los primeros 45 minutos.

DESCANSO

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Bolo corta una conducción peligrosa/ Fuente: Cultural y Deportiva Leonesa

Con la gente aún volviendo a sus asientos arrancó la segunda mitad, sin frenetismo  y sin el colmillo que se espera de un choque de estas características, o eso parecía hasta que Artola tuvo a bien sacarse de la chistera un zapatazo que pudo cambiar el devenir del partido.

El Zamora, empujado por los suyos, comenzó a embotellar a los locales, pero sin lograr concretar sus ocasiones.  Los rojiblancos lograrían adelantarse tras una gran acción individual y el posterior rechace que cayó a los pies de Roni, pero la euforia se frenó en seco cuando el linier alzó al cielo su banderín invalidando la jugada.

Al igual que en la primera parte, el acercamiento zamorano sirvió como terapia electroconvulsiva para que los de Llona recordasen que iban líderes de la competición y volviesen a meter en serios apuros a sus vecinos.  Con el paso de los minutos la diferencia clasificatoria comenzó a notarse ligeramente sobre el césped y el Reino despertó para recordarle al Zamora que estaba de paso en el feudo del líder.

Fornos remató a placer un envío que llevaba música de cámara, pero a modo de déjà vu no consiguió convertir la ocasión, esta vez gracias a una sólida parada de Fermín. Las ocasiones comenzaron a sucederse

Este deporte está regido por multitud de leyes no escritas, una de las más poderosas dicta: «todo aquel que perdona, terminará pagándolo». La Cultural, tras haber asediado la meta rival los minutos anteriores tuvo que presenciar como Tresaco remata a placer y la pelota acariciaba suavemente la red.

Los minutos transcurrieron con menos fluidez de la deseada por parte de la Cultural y no tan trabado como le habría encantado a los hombres de Juan Sabas. Con el pitido final en el ocaso el Zamora aguantó el tipo, no se amilanó y demostró que no es inferior a ningún equipo de la categoría.

Fermín Sobrón, el gato de Baños de Río Tobía, voló para evitar el empate cuando gran parte del estadio celebraba ya el tanto. Antes de que la colegiada hiciese sonar su silbato, la Cultural encontró premio a su gran trabajo e hizo valer la pizca de fortuna que solo los campeones tienen para aguar la fiesta a los más de 1.000 zamoranos desplazados. Fornos vio premiada su persistencia y convirtió su ansiado gol.

La fiesta del fútbol se saldó con un empate, positivo para unos y agridulce para otros que vieron como sus aspiraciones se esfumaban en el último suspiro.

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