DaleRojo
·25. Juni 2025
El dato que pone al DIM como campeón de la Liga

In partnership with
Yahoo sportsDaleRojo
·25. Juni 2025
Parce, vos sabés que en el fútbol hay datos que no son solo números… ¡son señales del destino! Y esta es una de esas joyas que nos tiene con el pecho inflado: 8 de las 9 veces que el primer partido de una final en torneos cortos terminó 0-0, el que cerró en casa fue el que levantó la copa. ¿Y adiviná quién cierra en casa esta vez? Así es, el Poderoso de la Montaña.
Lo del empate en El Campín no fue cualquier cosa. Fue un partido de esos donde hay que saber resistir, leer el juego y no dejarse llevar por la presión. Medellín lo hizo con inteligencia, con carácter y con un plan. Ahora, todo se define donde más nos gusta: en nuestro fortín, en el templo sagrado del Atanasio Girardot.
El domingo se prende la fiesta en la ciudad. No es cualquier partido. Es la final. Es la oportunidad de bordar la séptima estrella en el escudo, con el alma de cada hincha empujando desde la tribuna, desde la calle, desde la pantalla. Y ese dato, parce, ese bendito 0-0 en la ida, nos llena de fe. La historia nos guiña el ojo.
Alejandro Restrepo y sus guerreros lo saben. No hay que volverse locos, hay que ser precisos, intensos y valientes. En casa jugamos distinto, nos crecemos, nos sentimos gigantes. Santa Fe es un rival digno, claro que sí, pero el DIM tiene algo más: tiene hambre de gloria y el empuje de una ciudad entera que late al ritmo de este escudo.
Vos sentís el ambiente, ¿cierto? Medellín ya huele a final. Ya se escuchan los bombos, los cantos, las gargantas listas para dejar el alma. El Atanasio no va a ser solo una cancha, va a ser una caldera, un corazón latiendo al rojo vivo. Cada paso que dio este equipo nos trajo hasta acá, y no vamos a aflojar ahora.
Que no se nos olvide: esto no es solo fútbol. Es historia, es herencia, es pasión que se pasa de generación en generación. Es ver a tu papá llorando en la tribuna, a tu hijo pintándose la cara de rojo y azul. Es Medellín soñando en voz alta y creyendo como nunca. Y cuando se cree con el alma, ¡todo es posible, parceros!
Así que agarrate duro, que esto apenas empieza. El destino ya puso las cartas sobre la mesa. La historia nos favorece. La localía pesa. Y la séptima… la séptima está más cerca que nunca. ¡Nos vemos en el Atanasio, que ahí se escribe la próxima página gloriosa del Poderoso de la Montaña!