
San Lorenzo Web
·22. Juli 2025
Diego Monarriz: recuerdos, aprendizajes y una conferencia que quedó en la memoria

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Diego Monarriz repasó en una entrevista su experiencia al frente de San Lorenzo de Almagro, etapa que definió como un desafío aceptado en un momento personal clave. El entrenador recordó que, tras su salida del cuerpo técnico de Atlético Mineiro, estuvo varios meses sin trabajar hasta que recibió el llamado desde Boedo para hacerse cargo del primer equipo de manera provisoria. Aceptó de inmediato, con la idea de volver al ritmo de la competencia sin importar el contexto: “Me llamaron para seis partidos y fui. Necesitaba volver a estar con un plantel y entrenar”.
Uno de los pasajes más recordados de su ciclo fue una conferencia de prensa en la que, luego de percibir desatención de los periodistas presentes, decidió contestar sin rodeos y hasta confirmó la formación titular con varios días de anticipación. Según explicó, buscó marcar presencia y reclamar el mismo trato que cualquier técnico consolidado: “Quise dejar claro que merecíamos respeto. Había trabajo y un equipo detrás”.
Monarriz también habló de la gestión de vestuarios en clubes grandes. Señaló que la conducción de grupos con futbolistas experimentados exige claridad diaria: entrenamientos bien planificados, roles definidos y mensajes consistentes. Afirmó que el entrenador debe reducir los conflictos de ego y sostener la idea colectiva en cada práctica.
Otro punto que destacó fue la exposición actual de los jugadores a las redes sociales. Dijo que la sobreinformación y la crítica constante influyen en el ánimo del plantel y que es tarea del cuerpo técnico recuperar espacios de diálogo interno: “Hay que volver a que hablen entre ellos, a que compartan tiempo en el vestuario. Eso mejora la respuesta en la cancha”.
En su repaso personal, contó que su paso por San Lorenzo también significó reencontrarse con personas que lo habían acompañado en etapas previas del club. Valoró especialmente a quienes lo asesoraron en cuestiones contractuales y lo respaldaron cuando asumió responsabilidades de Primera.
Sin ocultar que hubo presión, observaciones dirigenciales y momentos difíciles, Monarriz resumió su experiencia en Boedo como una etapa formativa en la que la transparencia y el trabajo cotidiano fueron su guía. Su mensaje final dejó en claro que, más allá de resultados, la conducción de grupos y la honestidad en el vínculo con jugadores y entorno siguen siendo para él la base del oficio de entrenador.